miércoles, 28 de marzo de 2012

Capítulo 2

Salí de mi cuarto y me extrañé al ver el apartamento entero a oscuras. Fui hacia el salón y mamá todavía no estaba. Mi hermana tampoco. Justo en ese momento sonó el teléfono, era mi madre. Me dijo la han llamado del trabajo diciendo que tiene que ir urgentemente a otra ciudad para un proyecto o algo así, y que no volvería hasta dentro de unas dos semanas. Me pareció un poco fuera de lugar, pero no pregunté...
Empezaba a tener hambre así que pasé a la cocina a prepararme un bocata. Vi que mi hermana había dejado una notita en la mesa, “Estoy en casa de unos amigos, no vuelvo hasta mañana”. Entonces me di cuenta de que aquella noche iba a estar sola en casa.

Lo primero que pensé fue en llamar a Radi. Siempre que tenía una noche libre o algo la llamaba para poder pasar más rato juntas, ya que dentro de unos ocho meses se iría a vivir con su madre a Cádiz. La verdad es que cuando me lo dijo no podía ni quería creérmelo, pero con el tiempo uno se va acostumbrando a las circunstancias...

A eso de las nueve de la noche Radi ya estaba en la puerta de mi casa con todos sus trastos, la verdad es que no sé por qué siempre se trae tanta cosa. Lo dejó todo en mi cuarto y fuimos al salón a devorar la lasaña que nos había dejado mi hermana y al acabar cogimos el portátil. Después de haber visto tropecientas mil fotos nuevas de nuestros chicos, le dije a Radi que quizás deba buscar eso de algún curre insignificante para ganar dinero pero era inútil, tenía menos de 16 años y no podía trabajar en nada legalmente... ¡Ohhhh, en estos momentos quisiera tener dos años más!

Empecé a darle vueltas y vueltas a la velocidad de la luz en mi cabeza y sin ni siquiera darme cuenta mis ojos se inundaron.

—Venga, no te desanimes, seguro que algo podremos hacer —me dijo Radi con cara esperanzadora.
—Se me ocurre una idea, pero es demasiado... —contesté.
—Ya sabes que me puedes decir lo que sea.
—Bueno... Pues sabes que siempre me ha gustado cantar, ¿no? Pues podría ir a uno de estos pequeños concursos de la ciudad, que el premio son 300€ bien dados. Podría arriesgarme...
—¡Es verdad! Y tu voz es increíble, estoy segura de que podrás conseguirlo. No dejaré de apoyarte ni un segundo.

Buscamos en internet información sobre cuándo abrirían la siguiente edición de aquel concurso. ¡Dios mío, los castings empiezan dentro de una semana! Tenía que empezar a prepararme ya. Radina me ayudó a escoger con qué canción presentarme al casting: I wish, de One Direction. No tuve que aprenderme la letra ya que ya me la sabía, pero tuve que trabajar un poco en la entonación y corregir algunas partes que no me salían suficientemente bien. Aquella semana de preparación fue dura, tenía que cuidar diariamente mi voz ya que en ese concurso el nivel solía estar bastante alto.

Y finalmente llegó ese 5 de marzo, el día de los castings. Todo lo que tenía que hacer era cantar sola en un pequeño cuarto, acapella y delante de dos jueces. Los nervios me mataban pero me di cuenta de que estar nerviosa solo me serviría para perder la oportunidad así que me mentalicé y lo hice lo mejor que pude. Después de estar unos cinco minutos reunidos, los jueces me anunciaron mi resultado: ¡HABÍA SUPERADO EL CASTING! En esos momentos era muy feliz, no os imagináis cuánto. Las próximas pruebas eran cinco; una el 8 de marzo, otra el 11, otra el 14, otra el 17 y otra el 20. Vamos, cada tres días. Me presenté con las canciones Goodbye de Miley Cyrus, I Wish You Were Here de Avril Lavigne, Same Mistakes de One Direction, Breath Slow de Alesha Dixon y When I Look At You de Miley Cyrus.
La verdad es que todas las pruebas se me pasaron volando, fue todo tan rápido... Me quedé super shockeada cuando en la final, después del “Y el ganador es...” dijeron mi nombre. Creía estar soñándolo. Sí, uno de mis sueños era ese, llegar a ser cantante profesional, pero la mayor parte de mi felicidad no se debía a eso, sino a que ya tenía dinero más que suficiente para ir al concierto, simplemente me sentía como KSJGLKSJLFG. La compañía que promocionaba el concurso no era tan grande ni importante, solamente te hacían un par de reportajes después de ganar y te daban el dinero, pero no firmabas con una discográfica, como en el gran concurso The X Factor.

Todo era diferente en el colegio después de haber ganado. La gente me miraba mucho e incluso los más pequeños me pedían algún que otro autógrafo. Todo eso era muy raro, y yo sabía que pronto se acabaría, que era un venazo de esos que les da a la gente y en dos semanas ha desaparecido. “Se ve que les gustaste”, me solía decir Radi. Ella estaba orgullosa de mí. También mi familia lo estaba. Hasta mi madre, que no estaba en casa esos días pero todas las noches la llamaba para contarle lo que había pasado. Ella estaba contenta de que me haya podido sacar el dinero yo sola, como ella me había dicho.

Transcurrieron los días y llegó el 4 de abril, el día anterior a la obertura de la venta de entradas. A las 00:00 se empezaban a vender y no podíamos perder ni un minuto, ya sabéis que en dos ya se agotan todas. Radi y yo estábamos en casa esperando impacientemente a que fuera la hora, ni nos podíamos creer lo que estaba a punto de suceder. ELLA Y YO CON ENTRADAS PARA EL CONCIERTO. Demasiado bonito para ser real.

Las 23:57. El nerviosismo era impresionante. Radina estaba con su portatil y yo con el mío, las dos metidas en la página de la venta de las entradas, contando y sintiendo cada segundo que pasaba. 23:59...
¡¡PAM, las 00:00!! Le dimos al botón de comprar nuestras entradas online y esperando a que nos dijeran si las obtuvimos o no. ¡Sí, lo conseguimos! ¡Las entradas ya eran nuestras! Ya no había nada que pudiera arrebatarnos nuestra felicidad. Después de aquello pusimos música a todo volumen y estuvimos toda la noche sin poder dormir de la emoción.
Una semana después llegaron por correo nuestros tickets. Teníamos entradas en la mano y un sueño que cumplir.

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