miércoles, 28 de marzo de 2012

Capítulo 3

12 de abril, 13 de abril, 16 de abril, 25 de abril, 10 de mayo, 4 de junio... Las semanas pasaban y el 26 de junio cada vez estaba más cerca. Ya faltaban tan solo 22 días, cada vez que lo pensaba sentía esas maripositas en el estómago, esas que se te forman cuando sabes que va a pasar algo increíble.
Las directioners españolas de Twitter, Tuenti, Tumblr y todos los lados estaban como locas, al igual que lo estaba yo. Hace dos años que One Direction son banda y esta sería la primera vez que vienen todos juntos... Todas sabíamos perfectamente que no podíamos dejar ir esta oportunidad de conocerlos y que teníamos que hacer lo posible porque se queden con una estupenda visión de España.
En el colegio Radina y yo no pudimos ocultar nuestra felicidad, todos se dieron cuenta de que algo pasaba ahí por finales de abril. Como siempre, los típicos haters decían que eso era una pérdida de tiempo y de dinero, blablabla, y nuestras amigas que no podían ir nos felicitaron y desearon que fuera el mejor día de nuestras vidas. Pero ya sabíamos de antemano que lo sería.

25 de junio. El verano había entrado con muy buen pie, ya habíamos terminado las clases y Radina y yo decidimos ir a la playa por última vez antes de que nuestras vidas cambiaran por completo. El sol relucía con fuerza y el agua estaba increíble. En ese momento preciso de mi vida era completamente feliz. En serio, sentía que nada ni nadie podría estropearlo. Y encima aquella misma noche partía hacia Barcelona a cumplir mi mayor sueño de todos los tiempos.

Llegué a casa a las ocho de la tarde. El barco salía a las 23h así que empecé a prepararme. Todo mi cuerpo temblaba. Ni siquiera podía guardar tranquilamente mi ropa y mis cosas en la maleta, se me caían todo el rato. Nuestros billetes tenían fecha de salida, pero no de regreso, es decir, podíamos volver a Palma el día que quisiéramos. A posta los encargamos así porque no se sabía cuánto tiempo estaríamos detrás de los chicos.

A las 22h llamé a Radi para que viniera hacia mi casa. Mi madre, que ya había vuelto de su viaje de negocios, nos llevaría hacia el puerto. Cuando nos vimos hicimos lo mismo que el día en que le dije que iban a venir a España: nos abrazamos y chillamos como unas retrasadas, pero retrasadas felices. Los nervios aumentaban con cada segundo que pasaba, se hacían hasta insoportables. Lo que iba a pasar al día siguiente era algo que ya sabíamos tiempo atrás que iba a pasar, pero no tan pronto, por eso era tan increíble. Sinceramente, no hay palabras para expresar cómo me sentía aquella noche.

Llegamos al puerto y mi madre nos despidió. Antes de partir me dio dos billetes de 50€, me dijo que nunca se sabe lo que podría pasar y hay que estar preparada. Aunque quizás 100 euros no nos bastarían.

Cuando ya estábamos en el barco, fuimos al camarote y nos acomodamos para el viaje, iba a hacérsenos muuuy largo. Empezamos a escuchar One Direction como siempre hacíamos, pero no muy alto para no molestar a los pasajeros de los camarotes vecinos. Ninguna de las dos podía dormirse y no dejábamos de hablar y comentar si siquiera podríamos pronunciar una palabra al estar delante de ellos, y muchas más cosas. Pero al final nos dimos cuenta de que necesitaríamos muchas energías al día siguiente, así que finalmente apagamos las luces y la música y tratamos de dormir, aunque solo faltaban 5 horas para desembarcar en Barcelona.

“Atención señores pasajeros, les informamos de que el buque se detendrá en el puerto de Barcelona dentro de 10 minutos.”

La voz de la azafata nos despertó a Radina y a mí. ¡Diez minutos! Rápido nos levantamos y nos peinamos. No nos hizo falta cambiarnos, nos habíamos dormido con la ropa puesta para no perder tiempo. Recogimos algunas cosas y fuimos corriendo a recepción a dejar las llaves del camarote.

Bajamos del barco, ¡estábamos en Barcelona! Eran las siete de la mañana y los chicos aterrizaban a las cuatro de la tarde. Teníamos algunas horas para comprar cartulinas y rotuladores y hacer las mejores pancartas que se hayan visto. Primero dimos una vuelta por el centro de Barcelona, y observamos que había bastantes más directioners por ahí, supongo que habían venido temprano desde muchos lugares de España al igual que nosotras. La verdad es que nos cayeron todas genial, y estábamos muy felices de poder compartir nuestro sueño con gente que tiene el mismo. Era increíble. Íbamos por las calles cantando a todo pulmón y haciendo saber al mundo que estábamos allí. Aquel día las directioners dominábamos Barcelona.

Una vez comprado todo el material para las pancartas, hicimos una que decía “We love One Direction and we will always”, otra que decía “HARRY NIALL ZAYN LOUIS & LIAM ARE BEAUTIFUL” y por último una que ponía “Directioners are Proud of 1D”. La verdad es que sonaba a trending topic de twitter jajaja.

A la una del mediodía ya nos dirigimos hacia el aeropuerto, teníamos que coger un buen sitio para cuando los chicos llegaran. No queríamos ni podíamos perdernos nada. Al llegar allí ya había decenas de chicas. A codazos intentamos hacernos sitio para llegar a primera fila, hasta la entrada del aeropuerto. Tendríamos que esperar unas tres horas, pero valdría la pena. Y tanto que la valdría. Nos hicimos amigas de las directioners que estaban al lado de nosotras, y como teníamos tres pancartas y Radina y yo solo éramos dos, le ofrecimos la que ponía “H, N, Z, L & L ARE BEAUTIFUL”. Aceptó y la guardó en su mochila.

A las 15:55 se empezaron a escuchar un montón de gritos y las voces de todas las chicas se escampaban por toda la pista. Faltaban cinco minutos, joder. Cinco minutos e iba a conocer a los chicos que más amo en esta vida.

Pero eran las 16:01 y no aparecía nadie. Todas estábamos como preocupadas. ¿Y si les había pasado algo? No podíamos ni imaginarlo. Entonces a las 16:15 todas las preocupaciones desaparecieron. Las puertas de cristal del aeropuerto, en las cuales se reflejaba el sol y no se veía nada del interior, se abrieron. Un chico salío de dentro, Dios santísimo era él. Era mi Harry. La multitud empezó a chillar como loca. Al segundo continuaron saliendo los cuatro chicos que faltaban. Primero Zayn, luego Lou, luego Liam y finalmente Niall. “¡¡CHICOS SOIS GENIALEEEES!!”, “¡SOIS INCREÍBLES OS AMAMOS!”, “ONE DIRECTION ES LO MEJOR!”. Gritábamos cosas a todo pulmón, ellos estaban allí, sonriendo, pasando la mano a todas las chicas que estaban en primera fila... Dios, se estaban acercando, y nosotras estábamos ahí aglkjfdlkglsdfg, cada vez estaban más cerca. Notaba que el corazón se me iba a salir por la boca y no podía dejar de llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario