martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 19 (final)

De camino hacia el hospital me di cuenta de que era como si el día reflejara mi estado de ánimo; a pesar de ser verano, el cielo estaba tapado de nubes ligeramente grises y tenía un aire tristón. Era raro ya que había habido muy buen tiempo los últimos días, pero aquí en España nunca sabes con qué te vas a encontrar.
Ya en el hospital, subimos a la planta de Harry y como ya estaba en mejor estado, pudimos entrar todos a la vez a verle. Desde la noche del accidente no le había visto la cara. Abrimos la puerta lentamente por si estaba dormido, pero nos lo encontramos viendo la televisión. Estaba despeinado y pálido, con la bata del hospital, y a pesar de todo lo que le había pasado, era como si su sonrisa siguiera desprendiendo el rayo de luz que ilumina los días grises. Al vernos emitió un gritito de asombro y sorpresa e intentó levantarse.
¡Harry! —exclamó Louis— No trates de levantarte, ¡tienes la pierna mal!
Ahh, ¡pero es que tengo tantas ganas de abrazaros! —respondió él en un lamento.
No te preocupes, que ya vamos nosotros, colega —dijo Niall arrimándose a la cama y dándole un fuerte abrazo a su amigo.
Oh amor... Me alegro tanto de verte bien —le dije y acto seguido nos fundimos en un beso lleno de muchos sentimientos.
Eh, en público no, ¿queréis? —se burló de broma Zayn.
Es que nos queremos tanto que necesitamos demostrar nuestro amor donde sea —contestó Harry y me miró a los ojos—. O por lo menos yo te quiero muchísimo —esa sonrisa hizo que se me saltara el corazón, sonreí y le di un pico.
...Está bien —siguió Liam— ¿Cómo te encuentras, Harry?
Estoy muchísimo mejor, los médicos han dicho que si sigo progresando así de bien en 3 días podré estar de vuelta.
Oh, ¡eso es genial! —dijo alegremente Radi— Así no tendréis que aplazar tantos días los conciertos.
Ya, pero la cuestión es que tenemos que aplazarlos de todos modos, da igual cuántos días... —añadió Zayn.— Todo es culpa tuya enano, ¡vaya momento eliges para que te atropellen! —se produjo un silencio y todos le miramos raro.— ¡Que es broma hombre! —empezó a reír.— Está claro que no ha sido culpa tuya. Ni de nadie.
Esto útlimo me lo dijo a mí, es decir, mirándome a mí. Sé por qué lo decía. Pero de todas formas no puedo dejar de repetirme que ha sido culpa mía. Bajé la vista.

Y bueno, ¿qué hay de nuevo? —se interesó Harry.
Me di prisa en contestar primero.
Ayer entré en Twitter. Todo el mundo se ha enterado ya de todo, TODO.
Lo sé Cata, tengo mi móvil con internet, ¿recuerdas? —dijo con una sonrisa.
Jajajaja recuerdo, ¿entonces por qué preguntas?
No sé, a lo mejor había algo de nuevo entre vosotros, los chicos, Radi, tú.
Seguimos tan amigos como los últimos días, dándonos apoyo moral más que nunca. Bueno, menos Radi y Niall, que obviamente se traen algo más que amistad.
Todos los miramos y se sonrojaron, se soltaron las manos tímidamente como tratando de disimular.
Oh, vamos, pero si sois monísimos, no os avergoncéis —soltó Louis.
Niall se puso nervioso y no le salían las palabras. Radi sabía muy bien qué hacer en esos momentos: darle un beso. Siempre le calman. Le llevan a otro mundo, sobre todo los de ella.
Todos sonreímos frente a esa escena y el día empezó a transcurrir sin complicaciones. Parecía mentira que hace menos de 24 horas estaba llorando a mares y desgarrándome por dentro de dolor ante el pensamiento de perder a la persona que más me importa sobre la faz de la Tierra.
A las 21:30 terminó la hora de las visitas y las enfermeras nos pidieron que nos fuéramos. Aquella noche dormí más plácidamente al saber que Harry ya estaba casi bien. Al día siguiente repetimos el plan, y el siguiente también, aunque en este tercer día tuvimos que irnos más pronto porque hubo un cambio total en la programación de la gira y al cuarto día por la mañana tenían una sesión de fotos cerca de la puerta de Alcalá, y los chicos necesitaban descansar.
Harry estará bien —pensé—, ya está casi del todo recuperado, con suerte esta tarde le veré fuera del hospital. Iré con los chicos a la sesión a tomarme un respiro.”

La sesión de fotos fue divertida, de vez en cuando no podían evitar mirarnos y soltar alguna risilla, pero estaba bien, no les reñían. A veces incluso venía mejor para las fotos. Me imagino los comentarios de mis amigas al ver las fotos: “AHHH, ¿VES QUE ZAYN ESTÁ MIRANDO PARA OTRO LADO? Pues ahí estaba yo, me miraba a mí.” Jajaja, si supieran que realmente éramos Radi y yo...
Cuando estaban en el descanso para comer, salimos y fuimos al parque en el que Harry y yo estuvimos la noche que me enfadé con él, la noche en la que conoció a Martina y Tania.
Escuchad, estamos en el descanso para comer... —dijo Niall— ¿No deberíamos utilizarlo para... eso, comer?
Reímos.
Oh vamos, ¿no prefieres quedarte aquí disfrutando del aire fresco que se respira en este parque? —dijo Zayn estirándose en el césped.
No es que haga muy buen día para tomar el sol...
Era verdad. El tiempo seguía estando igual de gris, o incluso más. Pero no hacía frío, era agradable.
Unos diez minutos más tarde, empezó a sonarme el móvil. “Seguro que es la pesada de mi madre otra vez”, pensé, pero era un número oculto.
¿Señorita Radina?
Sí, soy yo...
Fueron un par de escasos minutos, pero cada una de las palabras se me clavó como cuchillos. Los chicos se dieron cuenta y comenzaron a preguntar.
Era del hospital, el médico de Harry. Ha dicho que su golpe en la cabeza ha empeorado así sin razón, aunque creen que puede haber sido provocado por algún movimiento brusco que haya hecho.
Intenté parecer calmada y creo que me salió más o menos bien.
Dios mío, eso es terrible... —dijo Liam con voz triste.— No creo que nos dejen saltarnos esta sesión, chicos, ¿qué hacemos? —preguntó mirando a los demás.
Creo que debería ir Cata, ella le dará muchas fuerzas —dijo Louis—. Es decir, tengo muchas ganas de estar con él pero si está mal no nos dejarán entrar de golpe...
Tienes razón, que vaya ella —añadió Zayn.
¿Entonces Radi se queda con nosotros?
Asentimos y los chicos me llamaron un taxi.
[Poned este instrumental para un poco más de ambiente]
Justo antes de cruzar la puerta del hospital, noté gotas de lluvia en mi brazo. “Oh, qué oportuno es el tiempo”.
Había un médico al lado de la puerta de la habitación de Harry, antes de entrar me dijo que estaba dormido, hacía mucho que no despertaba. No estaba en coma, pero había muchas posibilidades de que cayera en una así que debía ir con cuidado.
¿Usted es...?
Su novia, señor.
Vaya, tiene suerte de estar con una súper estrella.
No sabe cuánto...
Entré, ahí estaba él, inmóvil, en la cama. De repente me vino a la cabeza el recuerdo de la primera noche en el hotel en Barcelona, cuando dormí con él en su habitación, cuando fuimos a la playa por la madrugada... Todos los momentos que en poco tiempo habíamos vivido. Me senté al lado de su cama.
Harry. Ya estoy aquí, soy Cata, he venido a verte. —seguía sin reaccionar y yo luchaba contra las lágrimas, pero la voz empezaba a quebrarse—. ¿Puedes oírme? Sé que puedes oírme. Harry, por favor despierta, todos estamos preocupadísimos. Piensa en mí, en tus fans. Te necesitamos.
Nada. Mi chico seguía en otro mundo.
Pasaron diez minutos. Quince. Media hora. No había reacción. Lo único que se escuchaba eran las finas gotas de lluvia que golpeaban la ventana. Vi que su cardiógrafo empezaba a disminuir la intensidad del ritmo de su corazón. Me entraron punzadas en el mío y empecé a llorar desconsoladamente, esperando que nadie estuviera viéndome.
Harry, por favor... Tienes que volver... Tienes que seguir conmigo... ¿Te acuerdas la noche en la playa, la estrella fugaz? Pedí poder estar siempre a tu lado, Harry. Porque ahora que te tengo no puedo perderte. Necesito saber que estarás bien, que yo estaré bien contigo. Que tenemos un futuro juntos. Sé fuerte, Harry, no dejes que acabe así...
Sus latidos iban cada vez más lentos y yo no podía hacer nada. Los médicos irrumpieron en la sala y empezaron a preparar los instrumentos para la reanimación, se armó un gran estruendo entre gritos alarmados, mi llanto y las enfermeras pidiéndome que abandone la habitación. Yo me negaba, pataleaba rogando que me soltaran, chillando que quería seguir a su lado hasta el último momento, pero a causa del dolor, la desesperación, la impotencia y cientos de sentimientos oscuros más de los que desconozco el nombre, me desmayé. Recuerdo que mis últimas palabras fueron 'Quédate conmigo'.

Al despertarme el agua seguía mojando los cristales. Estaba sola en una habitación, o eso creía, hasta que recorrí la estancia con la mirada y vi a Radi observándome.
HARRY... ¿DÓNDE ESTÁ, QUÉ HA PASADO? RADINA, DIME ALGO.
Catalina... Lo siento pero de momento no hay acceso a esa información, los médicos no quieren decir nada.
Dios mío... No puede ser... ¿En qué planta estamos? Tengo que ir a verle...
Estamos en la misma que él. ¡No vayas! Dijeron que ellos vendrían a avisar.
Con dolor en el alma asentí, y lo único que me quedaba era esperar. Después de unos 15 minutos, el médico que nos había atendido la primera noche entró en la habitación.
Hola, chicas. Quitad esa cara de susto, vamos. Que los médicos no siempre damos malas noticias.
¿Qué acabo de ver? ¿Es un rayo de esperanza? ¿Harry está bien?
Desconocemos el porqué del ataque del chico, pero hicimos todo lo posible y ahora se encuentra estable. Sigue sin despertar, eso sí, pero su estado es mucho mejor y podría hacerlo en cualquier momento.
Sin pedir permiso salí corriendo hacia él. Entré en la habitación y lo contemplé estirado en la cama una vez más. Me senté.
Harry, escúchame bien. Yo no voy a ningún lado sin ti. Acabas de salir de esta una vez y lo volverás a hacer, porque te quiero, porque me quieres, porque eres fuerte, porque los dos sabemos que esto no va a acabar así. Tú fuiste quién me enseñó a creer en mis sueños, y ahora mismo tú eres el mío.
Dicho esto agaché la cabeza en su pecho, apretando su mano entre las mías. Segundos después, noté cómo con la otra me acariciaba el pelo. Levanté la mirada y tenía la sonrisa, esa sonrisa.
Princesa... ¿Te crees que iba a ir a alguna parte sin ti?

viernes, 31 de agosto de 2012

Capítulo 18


Me encontraba sentada en la sala de espera del hospital cuando escuché los pasos acelerados de los chicos, Liam, Niall, Louis y Zayn, y Radina. No necesité que me dijeran nada para adivinar que estaban preocupados a muerte por su amigo Harry. Se sentaron en frente mío y empezaron ellos la conversación después de unos incómodos segundos.
Cata, ¿qué ha pasado? —dijo Liam.
Me estaba ahogando entre lágrimas contenidas pero intenté explicarlo lo más claramente que pude.
Era... Era más de media noche, fuimos a dar un paseo... No había nada de tráfico, nos confiamos mucho y empezamos a movernos libremente por la carretera... El coche salió de repente de la nada, tuvo un poco de tiempo para frenar pero no lo hizo. Estaba... Iba borracho, la policía ya se lo ha llevado. Dios, ha sido todo culpa mía, debí haberme fijado —rompí a llorar—, ahora Harry puede tener algún problema grave por mi despiste, y vosotros, el grupo, ¿qué vais a hacer...?
Cata, no te preocupes, Harry saldrá de esta, es un tío fuerte. —me tranquilizó Niall— No es culpa tuya, ha sido un accidente.
Ha sido un accidente”. Nunca pensé que llegaría a escuchar esta frase en la vida real, pensé que solo la utilizaban en las películas...
Radi vino y se puso de rodillas delante mío, colocando sus manos en mi regazo. Me miró a los ojos por un rato y acto seguido me dio un abrazo de esos que sin palabras te hacen sentir que todo estará bien. Después le hice un hueco a mi lado y se sentó junto a mí todo el tiempo que estuvimos esperando a que los médicos nos dieran noticias.
Estuvimos en ese horrible lugar más o menos una hora y media, y por fin la puerta de la habitación en la que habían metido a Harry se abrió y salió un hombre vestido con bata blanca.
Buenas noches chicos, —aunque de buenas no tenía nada...— las noticias no son del todo malas. Hemos tardado tanto porque el muchacho tenía una herida bastante grave y hemos tenido que sanarla, además de tener que enyesarle la pierna derecha. —genial, ¿algo más?— También tiene un ligero golpe en la cabeza, pero no hay de qué preocuparse. —¡Eh! Lo mío solo era una pregunta retórica...
Pero ¿cuándo podrá volver a casa? —se preocupó Louis.
En una semana como máximo estará en perfecto estado.
Madre mía, ¿qué vamos a hacer? Habrá que cambiar las fechas de muchísimos conciertos... —dijo Liam— ¡Maldita sea, por qué nos tiene que pasar esto a nosotros! Pobre Harold... —intentaba ser fuerte, pero la preocupación le podía, sus ojos se inundaron de lágrimas.
Entonces ¿pasamos esta noche aquí por si pasa algo o regresamos al hotel? —preguntó Zayn.
Aquí en Madrid no tenemos ningún hotel reservado, se supone que solo íbamos a estar un día... —respondió Louis— Pero podemos ir a alguno, no es problema. Dejemos a Harry aquí, está con profesionales, no le pasará nada. Espero.
Claro que no, confiad en nosotros. —el médico aún seguía con nosotros.
Los chicos agradecieron, le pidieron que nos aconsejara algún buen hotel cercano, nos despedimos y salimos del hospital. Fuera estaba todo el management de los chicos esperándonos, Liam les explicó los acontecimientos más importantes y terminó indicando a qué hotel teníamos que ir.
No tardamos más de un cuarto de hora en encontrarlo. Al llegar, los chicos, Radi y yo hicimos parejas para las habitaciones y nos dimos las buenas noches, aunque sabíamos que ninguno podría dormirse.
Estuve dando vueltas en la cama como por dos horas, hasta que, cansada del insomnio y de la calor, salí al balcón y me senté en el suelo observando el paisaje de aquella impresionante ciudad nocturna, ya que nuestra habitación estaba situada en uno de los pisos más superiores. Empecé a preguntarme cómo es posible que en un sitio tan hermoso puedan ocurrir cosas tan horribles...
Mis pensamientos y el cansancio me derrotaron y me quedé dormida allí mismo.

¿Cata? Cata, despierta... —Era la voz de Radina.
¿Eh? Sí, ¿qué pasa?
Han llegado noticias terribles del hospital... —todavía no le había visto la cara pero sabía que estaba a punto de estallar en llanto.— El estado de Harry empeoró y... Bueno, los médicos... Dicen que el golpe de su cabeza se ha complicado y está en una situación grave, que posiblemente... —ya casi no le salían las palabras y yo temía que dijera lo que pensaba que iba a decir— Que posiblemente le quede poco tiempo de vida.

El mundo empezó a dar vueltas y se me paró el corazón en seco.

¡Cata! —de nuevo la voz de Radi— Te has quedado dormida en el balcón, ¿qué haces aquí? Venga, levanta... Estás llorando, ¿has tenido una pesadilla? También estás sudando mucho.
Simplemente me quedé mirando fijamente el horizonte, perdida, temiendo por la vida de Harry y por la mía, ya que depende de la suya. No dije nada, pero Radi entendía de sobra que cuando me comporto así es porque necesito soledad.
Bueno, mejórate, ¿vale? Voy un rato con Niall. Nos vemos luego.

¿Qué iba a pasar ahora? ¿Tendría Niall razón y Harry iba a salir de esta? Me preocupaba la reacción de las directioners del resto del mundo, seguro que al igual que yo se imaginarán todo lo peor...
Twitter.
Tenía que conectarme para ver cómo iba todo, qué es lo que sabe el mundo. Busqué en los bolsillos de mi mochila y cogí algunas monedas que encontré para ir a un locutorio, había uno a cada dos pasos.
Al entrar en Twitter, lo primero que me causó impresión (bastante, muchísima, diría yo) fue que mis seguidores sobrepasaban los 200,000. ¿Qué ha pasado aquí? ¿Se habrá enterado todo el mundo de lo mío con Harry? Ah, esos estúpidos paparazzis en la playa... Seguro que ha sido todo culpa suya. Al mirar mis menciones vi que nadie me mandaba tweets de odio, lo cuál me extrañó, porque siempre lo hacen... A lo mejor les he caído bien. Sonreí ante ese pensamiento.
Lo segundo que me causó impresión fue un trending topic que decía así: Get Well Harry (Mejórate Harry). Dios mío, también se han enterado de eso? Aquí las noticias se expanden como el humo...
Vi a todo mi timeline preocupadísimo y comentando cuál sería el estado de Harry, y decidí que debía arreglar esto. En mi tweet puse:
Hola directioners! No tenéis nada de qué preocuparos, Harry está en el hospital en muy buenas manos y los médicos dicen que no hay complicaciones.”
Al instante empezaron a llegarme tweets diciendo cosas como: “En serio?! Me alegro mucho de que sea así”, “Gracias por la información, es bueno saberlo”, “Espero que cuidéis muy bien de él”. Pero claro, también estaban los haters: “Yo aún no me creo que seas su novia”, “Solo quieres ser el centro de atención” , “Deja de inventarte cosas”... Aunque los tweets buenos superaban a los negativos, por suerte.

Le dejé un mensaje a mi madre poniéndole al día de todo. A la pobre le costaría mucho creer todo lo que le decía, pero no le quedaba más remedio.
Después de mandárselo, regresé al hotel, donde los chicos y Radi ya estaban preparados para volver a ir a ver a Harry al hospital.

lunes, 30 de julio de 2012

Capítulo 17



*Narra Cata*
Eran las doce y media de la noche según mis cálculos, Harry y yo volvíamos a estar solos por las calles de una ciudad desconocida. Él no dejaba de caminar tirando de mi mano, pero no sabía a dónde dirigirse, lo notaba. Tampoco es que me importara, con él estaría dispuesta a ir hasta el final del mundo.
Después de caminar un buen trecho me detuve lentamente y estiré de la mano de Harry para que se percatara de que me había parado. Él me miró.
—Harry... Me encanta estar contigo, pero ¿a dónde vamos? Ya es tarde y...
—Lejos, Cata. Quiero desconectar de mi vida diaria. Esta noche yo seré un chico normal, y tú serás mi chica especial. ¿De acuerdo? —sonrió. Me perdí en sus perfectos hoyuelos. Le brillaban los ojos, sus palabras era sinceras.
Asentí, dándome cuenta de que estaba más roja que un tomate. De pronto vi cómo Harry observaba con una sonrisa algo detrás mío. Le miré confusa y giré sobre mí misma; una gran casa se extendía hacia el cielo a mis espaldas detrás de un grueso muro de piedra. Después de investigar más detenidamente con la vista, comprobamos que aquella mansión estaba abandonada. Harry me miró desafiante, deduje que quería que entrásemos... Bueno, la idea no estaba mal.
Había una enorme verja de metal, ¿cómo demonios íbamos a saltar por ahí?
—No creo que podamos entrar por aquí, Cata, vamos a rodear la casa, a lo mejor hay una entrada trasera.
Le hice caso y le seguí, no sin despegarme de su musculoso brazo. La verdad es que la casa daba bastante miedito... Era más de media noche y estaba todo oscuro. Mientras caminábamos en silencio, llegamos a una parte donde había un gran agujero en el muro. Al mirar en el interior había un pequeño jardín, y más adelante la puerta trasera de la casa.
—Perfecto, entraremos por aquí —dijo Harry.
Asentí nuevamente y nos adentramos entre la hierba. No costó abrir la puerta de la mansión, no estaba atrancada ni nada, no tuvimos que forzarla. El interior era elegante, aunque lleno de polvo, había cuadros en las paredes y los muebles parecían sacados del siglo veinte. Por fin dimos con una sala que parecía contemporánea, no había mucha cosa, solo un sofá que parecía bastante cómodo en el centro, una baja mesita y un televisor aparentemente nuevo en frente del sofá, pegado a la pared. También había algunas estanterías por los lados.
—¿Crees que funcionará? —le pregunté a Harry señalando la tele.
—Lo dudo mucho...
—Por probar no pasa nada —y acto seguido me dirigí hacia el televisor.
No encontré el mando por ningún lado, así que fui a los botones integrados. Apreté uno y para mi gran sorpresa, el televisor funcionaba. Me giré sorprendida hacia Harry, el cual ya estaba cómodamente sentado en el sofá.
—¡Harry! Ni que estuvieras en tu casa —dije, riñéndole de broma.
—Bueno, a mi lo que me preocupa es que los que viven aquí vuelvan... Es decir, no puede estar abandonada, alguien debe de usar estos trastos. Hasta funciona la electicidad.
—Hmm... Yo creo más bien que alguna otra pareja lo ha descubierto hace tiempo al igual que nosotros y ha decidido acomodarlo un poco para tener un sitio donde pasar el rato. No te preocupes, no creo que nadie venga.
—Tienes razón. Además, es la última noche, no voy a preocuparme por nada.
Dicho esto me senté al lado de Harry de un salto, aferrada a él. Le miré a los ojos y observé que había deseo y amor en ellos. Me quedé pensativa, ¿sería aquella noche la elegida? No estaba segura, era demasiado joven... Pero es que era Harry, por dios. Al salir de mis reflexiones y aterrizar en la tierra de nuevo me di cuenta de que nuestras caras estaban muy cerca. Le miré los labios, me acerqué lentamente y después le di un beso profundo.
—Vamos a ver qué echan en la tele, ¿no? —dije al separarnos, cortando un poco el rollo.
—Claro, vamos —contestó Harry, no parecía molesto, lo cual me parecía genial.
En el canal en el que había encendido la tele ponían el típico programa-concurso de llamar y acertar.
—¿Llamamos? —preguntó Harry ilusionado después de un rato.
—Harry, todo esto son timos... Te quitan más dinero mientras esperas al teléfono a que lo cojan del que ganas.
—Oh...
Depués de un rato viendo el programa e intentando acertar preguntas, abrazados, terminó, y sin más me levanté y apagué el televisor; luego volví al lado de Harry. Nos quedamos mirándonos por unos segundos y nos volvimos a besar, con la misma pasión de siempre. De repente paré y le dije a Harry si aquella noche iba a pasar lo que pensaba que iba a pasar.
—Solo si tú quieres, Cata. Yo no tengo prisa contigo.
Callé, le miré con seguridad y pegué mis labios a los suyos de nuevo. La cosa fue a más, Harry empezó a meter la mano debajo de mi camisa y a desabrochármela. Yo aún no me creía lo que estaba pasando. Empecé a desabrocharle la suya, y a punto estaba de quitársela cuando escuchamos las voces de unas 4 personas acercándose. No podía ser, ¿en serio había gente que visitaba aquel lugar? Mierda. Teníamos que salir corriendo. Como no había más salida, subimos al piso de arriba entre risas y entramos a una de los dormitorios. Nos acercamos a la ventana, y como no estaba muy alto y había sitio por donde trepar, decidimos escaparnos por ahí.
—Las damas primero —citó Harry y me dio la mano para ayudarme a salir—. Ten mucho cuidado.
Empecé a descender y Harry me siguió. Una vez abajo, cruzamos el agujero del muro saliendo a la calle. La noche estaba bastante entrada y no había nadie, por lo que nos movimos libremente por la carretera.
—Menos mal que apagué la tele —resoplé.
Reímos y nos besamos. Sabía que aquello era felicidad. No llegamos a hacer el amor, pero eso no importaba. Estábamos bailando sin música bajo las estrellas, mirándonos a los ojos, sonriendo. Sin duda era de las noches más perfectas. No quería aceptar que se acabaran...
Y mientras estábamos sumergidos en nuestras miradas escuchamos un claxon y el ruido de un coche, pero para cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde.

jueves, 12 de julio de 2012

Capítulo 16


Paul nos llevó a una sala de mediano tamaño en la que había un sofá, una mesa y algunos trastos que seguramente se utilizan para los espectáculos. Supuse que era una de las salas en las que se hacen los meet & greets. Radi y yo nos sentamos en el sofá y Paul nos preguntó si queríamos algo de comer o beber. Radi negó con la cabeza, pero como no habíamos cenado yo tenía hambre y le pregunté si era posible que me trajera unas galletas o algo. Asintió y desapareció por la puerta.
Estoy nerviosa —solté.
¿Y eso? —me preguntó Radina.
No sé... Harry y los chicos están en posiblemente la sala de al lado con dos desconocidas, ¿y si les gustan más que yo...? Ya sabes que es muy mujeriego... Aunque me dijo que a veces había excepciones, que ahora soy la única... —sí, recuerdo sus palabras como si me las hubiese dicho hace unos minutos—. Dios, no sé, tengo tantas ganas de verle, es nuestra última noche...
Tranquila, es imposible que se enamore de alguien que no seas tú llegados a este punto. Aguanta un poco más, estoy segura de que en nada entrarán por esa puerta.
Es verdad. En cualquier momento entrarán a la sala aportándole esa alegría que despedían a kilómetros y podré lanzarme a los brazos de Harry como si no hubiera mañana, nunca mejor dicho.
Eso espero. Oye, Radi, ¿te acuerdas el día que fuimos a la playa que me tenías que contar qué hiciste con Niall? —puse una cara pícara.
Ah, sí... Pues eso, que cuando volvió al hotel por la madrugada, escuché sus pasos y me asomé a la puerta hacia el pasillo, estaba a punto de entrar en su cuarto. Le pregunté que si tenía sueño, a lo que me contestó que sí, bueno, un poco, y le dije que si podía quedarme un rato con él en su cuarto, porque me sentía sola sin ti... Me respondió que está bien, pero solo un rato porque volveríais pronto. Fuimos a su habitación y bueno, surgió...
¡¿Qué?! ¡¿Lo hicisteis?!
No, no, jajaja. Solo nos besamos... Como veinte veces. Pero fue perfecto, supongo que igual que tu beso con Harry. Se ve que en esa noche estaba escrito que nos tenía que pasar algo especial a las dos... Después estuvimos abrazados y tonteando un buen rato, evidentemente a los dos se nos había quitado el sueño, si es que había algo. De repente vi que empezaba a hacerse de día, por lo que deduje que se trataba de las seis de la mañana, así que me fui hacia nuestra habitación y me quedé frita en cero coma.
Aish, ¿entonces cuando estábamos en la playa e ibais a besaros, no hubiera sido vuestro primer beso?
Radina abrió la boca para hablar pero alguien se le adelantó.
No, no lo fue. Ni quiero que fuera el último —Niall hablaba desde el umbral de la puerta. Entró seguido de los chicos, pero faltaba alguien.
¡Yo también! —exclamó Radi y se perdió entre los brazos de Niall, que la miraba con la felicidad de poder volver a abrazarla una vez más.
Liam... ¿Dónde está Harry? —pregunté con cierto deje de tristeza en la voz.
Hola, Cata, está aún con esas dos chicas, Martina y Tania.
Ah... Vale, ¿en qué sala están?
Sígueme.
Nos dirigimos hacia una sala que estaba a dos puertas de la que nos encontrábamos Radi y yo. Abrí la puerta y vi a Marti sentada sospechosamente pegada a Harry, éste jugaba con su pelo liso y perfecto y tonteaba con ella.
¿Harry? —me salió su nombre con un hilo de voz. El chico se giró bruscamente y me miró con cara de sorpresa.— ¿Por qué no has vuelto con los chicos?
¡Cata! Pues... No sé, me he quedado un rato con ellas...
Hola, Cata —saludaron Tania y Marti.
Hice una mueca rara y retrocedí lentamente. Harry seguía mirándome. ¿En serio había preferido quedarse con ellas antes que volver a reunirse conmigo? Al atravesar el umbral de la puerta me di media vuelta y salí corriendo del edificio. No soportaba lo que había pasado. Quizás exagero un poco, pero no puedes saber lo que sentí a no ser que lo vivas...

*narra Harry*

Mierda. Ahora sí que la había cagado. ¿Cómo he sido tan estúpido de haberme quedado en vez de ir a verla? Miré a Marti y Tania pidiéndoles perdón con la mirada y salí en busca de Cata. Temía por ella, no se conocía Madrid, podría perderse... Al igual que yo. No tenía ni idea de por dónde empezar a buscar.
Por suerte no me llevó mucho tiempo encontrarla. Al salir del edificio anduve a mano derecha y a dos calles había un pequeño parque, ahí estaba ella, sentada en la hierba delante de una gran fuente. Aún me parece increíble que la haya encontrado tan rápido. Me acerqué y me senté a su lado sin mediar palabra. Al notar que yo estaba allí giró la cara hacia el otro lado. Se sorbió los mocos, por lo que comprobé que había estado llorando. Estuvimos los dos mirando al frente durante unos minutos sin abrir la boca, hasta que decidí dar el primer paso para arreglar las cosas.
¿Vas a pasarte toda nuestra última noche así? —intenté no parecer borde.
Cata siguió callada.
Escucha, si todo esto es por mí... Te juro que lo siento. No sé qué se me pasaría por la cabeza para quedarme con ellas antes que irme contigo y aprovechar las últimas horas que nos quedan... Tampoco estoy diciendo que me fuera a quedar con ellas toda la noche, supongo que después de algunos minutos me hubiera ido y... Em... Así no estoy arreglando las cosas, ¿verdad?... Bueno, yo...
Claro que todo esto es por ti, Harry —empezó a hablar entre sollozos—. Me dijiste que yo era especial, me lo creí... Y luego te veo tonteando con dos chicas.
Pero entiéndelo, es el papel que tengo en la banda, tengo que ser cariñoso y tal con las directioners...
Pues no creo que pueda soportar esto estando contigo... No sé cómo lo hacen Danielle y Eleanor.
Ellas se han acostumbrado. Tú también podrías hacerlo. Cata, por favor, te pido que no te enfades por esto, entre ella y yo no ha habido nada, solo hablábamos, yo solo te quiero a ti... Si te pierdo, estoy perdido.
Harry... Te quiero, ¿vale? Pero no sé cómo pueden salir las cosas de ahora en adelante. Mañana por la mañana tú te vas, y... No sé qué será de mí a partir de entonces. No quiero seguir conformándome con ver tus fotos en Twitter y enterarme de lo que haces también por ahí. Yo quiero vivirlo contigo. Pero es mucho pedir...
Podemos hablar sobre eso más tarde, más tranquilamente. Ahora lo único que me interesa es saber si puedes perdonarme...
...Claro que te perdono, idiota. Te quiero.
Cata me miró a los ojos. A diferencia de todas las fans que me lo han dicho, este sonaba diferente, su mirada estaba llena de sinceridad al pronunciar estas palabras. “Te quiero”. Era increíble cuando salían de su boca. Esa boca que no pude evitar besar dos segundos después, y que simplemente sabía a gloria. No quería probar otros labios en mi vida que no fueran los de ella.
Al separar sus labios de los míos le susurré un “Te quiero mucho más”, acto seguido la cogí de la mano y empecé a caminar, con ella siguiéndome.
Cómo me gustaría caminar así siempre, con ella a mi lado, hacer nuestro camino juntos”—pensé.
No sé a dónde nos dirigíamos, pero seguimos andando.

martes, 3 de julio de 2012

Capítulo 15


Y después de haberle dado la segunda y última entrada a Tania, se hizo la hora de entrar en el Auditorio. Era mi segundo concierto de los chicos, y tan solo 3 días después del primero. El sentimiento especial de la primera vez no se puede comparar a nada, pero esta segunda vez también sería muy especial. Simplemente porque me imaginaba cómo en medio de WMYB los chicos nos dedicarían la canción, o cosas así. Sí, sé que es egoísta pensar así, pero... No era imposible.
Ya estábamos dentro, estábamos en una fila de por en medio. Qué pena, me hubiera gustado en primera...
Los chicos cantaron las canciones de siempre, y no, no nos dedicaron ninguna. Pero al final, al terminar de cantar I Want, dijeron algo mucho más especial.
—Aprovechamos esta ocasión para decir que nuestra estancia aquí en España ha sido maravillosa, no solo por todas vosotras, por vuestra cultura y simplemente el aire que se respira aquí, sino por dos increíbles chicas que hemos conocido y que están aquí entre el público. ¿Deberíamos hacerlas subir?
¡No, no, no, no, no! ¡¿Por qué estaban diciendo eso?! ¿No se dan cuenta de que miles de chicas nos odiarían? Empezaron a buscarnos con la mirada entre todas las chicas, pero Radi y yo nos agachamos todo lo que pudimos para que no nos vieran. Sinceramente moriría por subir allí, pero creo que es mejor no hacer daño a todas esas directioners...
—Bueno, no las encontramos. Quizás no hayan venido... —continuaron con un tono un tanto triste.— En cualquier caso, muchísimas gracias Madrid, y muchísimas gracias España por habernos recibido con los brazos abiertos y habernos dado tanto cariño y apoyo. ¡Hasta siempre!
Dicho esto salieron corriendo del escenario, seguramente irían a cambiarse para reunirse supuestamente con nosotras (que en realidad serán Tania y Marti) en el backstage. Por cierto, ¿cómo estarían ellas? No las volvimos a ver desde que nos separamos al darles el billete a cada una. Espero que hayan sabido a dónde ir y todo eso...
*Narra Harry*
Cuando nos cambiamos y fuimos al backstage estaba feliz porque por fin volvería a ver a Cata. Hacía tan solo horas que no nos vemos, pero se me habían hecho eternas... No sé cómo soportaré irme y dejarla aquí.
Y la sorpresa me la llevé cuando en vez de ver a mi Cata y a Radi, vi a dos chicas: una con camiseta a topos y otra con una que ponía “I love 1D”. Estaban sentadas en un sofá como esperando a que nosotros llegáramos, se les veía muy nerviosas, claramente... Yo estaba escondido en una esquina para que no me vieran antes de tiempo.
—Louis, ¿dónde está Paul...? —pregunté confuso a mi amigo, ya que aquello era muy raro.
—No lo sé, estará dando vueltas por ahí, ¿por?
—¿Cómo que “por”? ¿No ves que estas no son Cata y Radina? —esta vez hablaba flojo para no ofender a aquellas chicas, que tampoco era mi intención, solo que estaba un poco chocado por encontrarme con ellas y no con nuestras chicas.
—Ah, bueno, sí... Voy a buscarle para ver si puede hacer algo.
Louis se fue, y yo me acerqué despacio a las chicas, no quería que les diera un infarto, ya sé el impacto que causo en ellas...
—Hey, chicas.
—HAAAARRYYYY DFLSLDFVLKSMDLKFVMSLDKFSLKJFHLKJALSDKAFC AAAAAHHH.
Exactamente como me imaginaba, casi siempre pasaba eso... Ay, no me gustan las fans histéricas... Podría decir que “las odio”, pero no, no odio a ninguna de mis directioners. Solo que algunas me disgustan un poco.
—Eis, tranquilizaros, ahora estamos aquí para pasar un buen rato, no para gritar, ¿vale? —dije amablemente
Asintieron, me senté en un sillón al lado de ellas.
—Bueno, venga, ¿cómo os llamáis?
—Yo Tania.
—Yo Martina, pero llámame sra. Styles jejejeje.
—Ah, claro, como quieras jajaja. Bueeeno, y ¿qué os ha parecido nuestra actuación … ?
Mientras charlábamos a Tania y a Martina... Perdón, la sra. Styles (que no me gustaba llamarla así, porque yo la única que quería que llevara ese nombre era mi Cata) se les notaban los nervios en la voz. Les temblaba. En serio, no sé por qué a las chicas les pasa eso al verme... Tan solo soy un chaval más, aunque más de 4 millones de personas no piensan igual.
—¿Harry, dónde están los demás?
—Eh, es verdad... ¿Chicos? —dije en voz muy alta.
De repente se asomaron los 4 a la esquina en la que había hablado minutos atrás con Louis.
—¿Qué os pasa? ¿Por qué no habéis venido antes?
—Es que queríamos ver qué hacías tú solo con las fans. Eres capaz de todo eh... —rieron.
Martina y Tania se sonrojaron mucho.
—Bueno Harry, ¿ya les has preguntado cómo consiguieron las entradas VIP? —me preguntó Zayn.
—Ah, ¡es verdad! Chicas, ¿de dónde las habéis sacado?
—Dos chicas nos las dieron antes del concierto —empezó Tania—, ¿cómo se llamaban...?
—Mmmm, ¿Marta y Marina? —continuó Marti.— Sí, era algo así.
—¡¿Cata y Radina?! —exclamó Liam.
—Eso, eso —dijo Marti.
—Estas chicas... ¿Por qué lo habrán hecho? —preguntó en el aire Niall.
*Narra Cata*
Salimos a la calle después del concierto, la mayoría de las directioners se quedaron ahí esperando a que los chicos salieran. De repente apareció Paul por una de las partes traseras, y en un cuarto de segundo ya estaba rodeado de chicas gritando “OH DIOS, PERO SI ES LA NIÑERA DE LOS CHICOS”, “PAUL ¿DÓNDE ESTÁN LOS CHICOS?” y cosas parecidas. Sin embargo, el hombre pasaba de todas ellas y se limitó a gritar: “Abridme paso, busco a dos chicas, Radina y Cata, ¿alguien las conoce o las ha visto? Apartaros, por favor...” ¡Eh, esas somos nosotras!
—¡Estamos aquí, Paul!
Gritábamos, pero no nos escuchaba. Nos abrimos camino a base de codazos hasta llegar hasta él; podéis imaginaros qué gallinero era ese lugar.
—Estamos aquí, Paul —repitió Radina en un tono ya más calmado.
—Genial. Escuchad, los chicos os buscan. ¿Por qué les habéis dado las entradas a esas chicas?
—Pensábamos que debíamos darles la oportunidad de conocer a los chicos a alguien que no los conoce...
—... Bueno, la cuestión, que me han dicho que os encuentre y os lleve con ellos.
—¡No! —dije—. Es decir.. Yo tengo muchas ganas de pasar el rato con ellos, pero no queremos quitarles importancia a Marti y Tania. Si nosotras estuviéramos ahí quizás no les perstarían mucha atención. Así que diles que nos encontraremos aquí afuera cuando terminen, ¿vale?
—No podéis encontraros aquí, todavía habrá muchas fans. Entrad dentro y quedaros en alguna sala de por ahí...
—Está bien, muchas gracias Paul.
Le seguimos disimuladamente y volvimos a entrar al edificio.

lunes, 25 de junio de 2012

Capítulo 14

Volvimos a pasar la mirada a atentamente entre todas las chicas. Elegir una entre tantas era más difícil de lo que parecía... 
Vi una chica que llevaba una camiseta a rayas, tirantes y unos pantalones rojos al puro estilo Louis. También vimos una que iba vestida de verde y con una diadema de la que sobresalían dos tréboles. Pero además vimos otra que llevaba una camiseta en la que había un símbolo de “prohibido cucharas”. Todas parecían tan dedicadas... Resultaba casi imposible elegir. Pero entonces una en concreto me llamó la atención; no iba vestida con nada en especial, sólo una camiseta en la que ponía “I ♥ 1D” y unos shorts normales, pero había algo en sus ojos que...
—Creo que ya sé cuál es nuestra segunda chica. ¿Ves la de la camiseta roja que pone “I love 1D”? 
—¿Esaaaa? Tía, hay de mejores... —contestó Radi.
—Lo séee, pero hay algo en ella, confía en mí.
—Está bien, como digas. Vamos a decírselo.
Le dijimos más o menos lo mismo que le dijimos a Marti, solo que esta vez la chica dijo que se llamaba Tania. Cuando nos hubimos presentado, la llevamos a parte y le contamos la historia. 
—Jajajaja... ¿Qué? No, estos pases no son reales, estáis intentando jugármela... —dijo Tania cuando sacamos la entrada VIP.— No hay nada que demuestre que...
—Radina, saca el móvil. Tienes el número de Niall, ¿no? —dije rápidamente con autoridad.
—Ah, sí, por supuesto.
—¿Os pensáis que así haréis que os crea? Al otro lado del teléfono puede haber cualquier chico haciéndose pasar por Niall.
—Venga, por favor. Si eres una auténtica directioner sabrás reconocer la voz de Niall y su inconfundible acento irlandés.
Tania asintió y calló. Radi buscó en la agenda de su móvil a Niall, lo tenía apuntado como “Potato”.
Piiiip, piiiip, piiiip...
¿Radina?
A Tania le cambió la cara. Casi se pone a llorar al oír su voz, no podía creérselo.
—¡Hola, Niall! Escucha, Cata ya me dijo que nos habíais dejado dos entradas VIP, pero quería escucharlo de ti porque no me fío mucho de ella —rió.
Pues sí, sabemos que os duele que sea nuestra última noche aquí y por eso queríamos hacer lo posible para que estéis nuestras últimas horas con nosotros...
—Awww eso es tan tierno. Nos vemos luego, pues.
Nos vemos luego amor, te quiero.
Al escuchar ese “te quiero” a Tania le cambió la cara de incredibilidad a sorpresa.
—¿Cómo que “te quiero”? ¿Qué demonios...? 
—Ais, queríamos mantener esto en secreto, pero... Estoy con Niall —dijo Radi intentando no hacer daño a Tania por si era su favorito.
—Y... Yo con Harry —añadí.
—¿Me estáis... tomando el pelo?...
—Bueno, creo que esta llamada lo ha confirmado todo —dije.
—Sí, pero... ¿Los chicos no querrán estar con vosotras? Es decir, por algo os han dado las entradas... ¡Pero qué estoy diciendo! No voy a poner pegas para desaprovechar esta oportunidad. Muchas gracias por darme la entrada. Pero ¿no teníais dos? ¿A quién le habéis regalado la otra?
—A una chica que se llama Martina, después la conocerás, es muy maja.
—Ah, vale... Bueno, muchísimas gracias de nuevo. Os debo toda una vida, en serio.
—Nah, no nos debes nada. Anda, vuelve con tus amigas que se estarán preocupando —vale, ahí soné como una madre—, y disfruta de tu estancia con los chicos. ¡Nos vemos después del concierto!
Tania asintió y desapareció de nuestra vista.
—Yo no sé tú, pero a mí estas cosas me hacen sentirme mejor persona y directioner —me dijo Radi.
—Sí, a mí igual. A esta nos ha costado un poco más convencerla...
—Pero todo ha salido bien al final. Espero que aprovechen bien su oportunidad, porque sino...
—Estoy segura de que lo harán. Nos reuniremos los nueve después del concierto, verás qué risas nos echamos... Aunque no sea momento precisamente de reír.

lunes, 18 de junio de 2012

Capítulo 13

Radi y yo nos metimos entre la multitud de adolescentes y aduras penas conseguimos llegar hasta la chica de camiseta azul.
—¡Ey, hola! —le saludé amablemente.
—Eh... ¡Hola! —me sonrió.
—Verás, me llamo Cata, y esta es mi amiga Radina. ¿Cómo te llamas tú?
—Martina —parecía algo tímida.
—Encantada, Martina. A ver... Tenemos que hablar contigo. Ya sé que no nos conocemos de nada, pero... ¡Ah, no te asustes, no es nada malo! —le dije al ver que ponía cara de preocupación—. Pero tendrás que venir a parte con nosotras, no lo puede escuchar nadie más.
La chica obedeció; nos la llevamos a parte, al mismo sitio donde hablé antes con Radina.
—Escucha. Quizás esto te suene a cuento chino y no te lo creas, pero es la verdad. 
Saqué de mi bolsillo una de las entradas VIP y Martina puso cara de no poder creérselo.
—¿¡Qué?! Pero... ¿¡Cómo las habéis conseguido?! Si en España no se han vendido.
—Ahí está la cosa. Hace un par de días... Radina y yo conocimos a los chicos. Nos invitaron a su hotel, nos hemos vuelto amigos y... —miré a Radina con cara pícara— Bueno, nos hemos vuelto amigos, dejémoslo en eso. Como mañana se dan el piro de España, nos han regalado dos entradas VIP para que podamos estar con ellos en el backstage y aprovechar el poco tiempo que nos queda juntos. Pero Radi y yo hemos decidido que tendríamos que darles la oportunidad de conocerlos a otras chicas, ya que nosotras ya les conocemos... Eis Martina, ¿me sigues?
—Creo que la hemos perdido —dijo Radi entre risas.
Pero claro, no literalmente. Lo que pasaba es que Martina estaba ahí de pie frente a nosotras, con la mirada perdida. Daba la sensación de que en algún momento de la conversación se ha desconectado al no poder creerse lo que le contábamos.
—¡Martina! —grité mientras la agitaba levemente por los hombros.
—Ah, sí, ehh... No puedo creérmelo, ¿¡cómo podéis tener tanta suerte?! Dios.
Puse cara sorprendida.
—¿En serio vas a creernos sin objeciones? 
—¡Claro! No tenéis cara de mentirosas, y no tengo por qué desconfiar de nosotras. Además estas entradas lo confirman todo.
—Sí jajaja, tienes razón —dije—. Bueno, Martina...
—Oh, llamadme Marti, por favor —me interrumpió la chica.
—Ah, está bien, Marti. Espero verte esta noche después del concierto, ¿vale? ¡Disfruta de tu pase VIP!
—Y tanto que lo haré. Muchísimas gracias por elegirme, en serio. MUCHÍSIMAS GRACIAS.
—Ni las des, pero recuerda no contárselo a nadie, solo a las personas más cercanas a ti, porque se podría liar una buena. Confiamos en ti.
—¡Descuidad! Aunque no hay ninguna persona cercana a mí aquí, he venido sola desde Galicia jaja. 
Dicho esto, Marti desapareció entre la muchedumbre.
—Sé que hemos hecho lo correcto —dijo Radi.
—Y yo, aunque como se vaya de la lengua... Los chicos nos matarán, y el resto de fans también.
—No creo que pase, parecía de fiar.
—Espero que así sea. Bueno, ahora la siguiente parte. ¿A quién le damos la otra entrada?