lunes, 18 de junio de 2012

Capítulo 13

Radi y yo nos metimos entre la multitud de adolescentes y aduras penas conseguimos llegar hasta la chica de camiseta azul.
—¡Ey, hola! —le saludé amablemente.
—Eh... ¡Hola! —me sonrió.
—Verás, me llamo Cata, y esta es mi amiga Radina. ¿Cómo te llamas tú?
—Martina —parecía algo tímida.
—Encantada, Martina. A ver... Tenemos que hablar contigo. Ya sé que no nos conocemos de nada, pero... ¡Ah, no te asustes, no es nada malo! —le dije al ver que ponía cara de preocupación—. Pero tendrás que venir a parte con nosotras, no lo puede escuchar nadie más.
La chica obedeció; nos la llevamos a parte, al mismo sitio donde hablé antes con Radina.
—Escucha. Quizás esto te suene a cuento chino y no te lo creas, pero es la verdad. 
Saqué de mi bolsillo una de las entradas VIP y Martina puso cara de no poder creérselo.
—¿¡Qué?! Pero... ¿¡Cómo las habéis conseguido?! Si en España no se han vendido.
—Ahí está la cosa. Hace un par de días... Radina y yo conocimos a los chicos. Nos invitaron a su hotel, nos hemos vuelto amigos y... —miré a Radina con cara pícara— Bueno, nos hemos vuelto amigos, dejémoslo en eso. Como mañana se dan el piro de España, nos han regalado dos entradas VIP para que podamos estar con ellos en el backstage y aprovechar el poco tiempo que nos queda juntos. Pero Radi y yo hemos decidido que tendríamos que darles la oportunidad de conocerlos a otras chicas, ya que nosotras ya les conocemos... Eis Martina, ¿me sigues?
—Creo que la hemos perdido —dijo Radi entre risas.
Pero claro, no literalmente. Lo que pasaba es que Martina estaba ahí de pie frente a nosotras, con la mirada perdida. Daba la sensación de que en algún momento de la conversación se ha desconectado al no poder creerse lo que le contábamos.
—¡Martina! —grité mientras la agitaba levemente por los hombros.
—Ah, sí, ehh... No puedo creérmelo, ¿¡cómo podéis tener tanta suerte?! Dios.
Puse cara sorprendida.
—¿En serio vas a creernos sin objeciones? 
—¡Claro! No tenéis cara de mentirosas, y no tengo por qué desconfiar de nosotras. Además estas entradas lo confirman todo.
—Sí jajaja, tienes razón —dije—. Bueno, Martina...
—Oh, llamadme Marti, por favor —me interrumpió la chica.
—Ah, está bien, Marti. Espero verte esta noche después del concierto, ¿vale? ¡Disfruta de tu pase VIP!
—Y tanto que lo haré. Muchísimas gracias por elegirme, en serio. MUCHÍSIMAS GRACIAS.
—Ni las des, pero recuerda no contárselo a nadie, solo a las personas más cercanas a ti, porque se podría liar una buena. Confiamos en ti.
—¡Descuidad! Aunque no hay ninguna persona cercana a mí aquí, he venido sola desde Galicia jaja. 
Dicho esto, Marti desapareció entre la muchedumbre.
—Sé que hemos hecho lo correcto —dijo Radi.
—Y yo, aunque como se vaya de la lengua... Los chicos nos matarán, y el resto de fans también.
—No creo que pase, parecía de fiar.
—Espero que así sea. Bueno, ahora la siguiente parte. ¿A quién le damos la otra entrada?

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