jueves, 12 de julio de 2012

Capítulo 16


Paul nos llevó a una sala de mediano tamaño en la que había un sofá, una mesa y algunos trastos que seguramente se utilizan para los espectáculos. Supuse que era una de las salas en las que se hacen los meet & greets. Radi y yo nos sentamos en el sofá y Paul nos preguntó si queríamos algo de comer o beber. Radi negó con la cabeza, pero como no habíamos cenado yo tenía hambre y le pregunté si era posible que me trajera unas galletas o algo. Asintió y desapareció por la puerta.
Estoy nerviosa —solté.
¿Y eso? —me preguntó Radina.
No sé... Harry y los chicos están en posiblemente la sala de al lado con dos desconocidas, ¿y si les gustan más que yo...? Ya sabes que es muy mujeriego... Aunque me dijo que a veces había excepciones, que ahora soy la única... —sí, recuerdo sus palabras como si me las hubiese dicho hace unos minutos—. Dios, no sé, tengo tantas ganas de verle, es nuestra última noche...
Tranquila, es imposible que se enamore de alguien que no seas tú llegados a este punto. Aguanta un poco más, estoy segura de que en nada entrarán por esa puerta.
Es verdad. En cualquier momento entrarán a la sala aportándole esa alegría que despedían a kilómetros y podré lanzarme a los brazos de Harry como si no hubiera mañana, nunca mejor dicho.
Eso espero. Oye, Radi, ¿te acuerdas el día que fuimos a la playa que me tenías que contar qué hiciste con Niall? —puse una cara pícara.
Ah, sí... Pues eso, que cuando volvió al hotel por la madrugada, escuché sus pasos y me asomé a la puerta hacia el pasillo, estaba a punto de entrar en su cuarto. Le pregunté que si tenía sueño, a lo que me contestó que sí, bueno, un poco, y le dije que si podía quedarme un rato con él en su cuarto, porque me sentía sola sin ti... Me respondió que está bien, pero solo un rato porque volveríais pronto. Fuimos a su habitación y bueno, surgió...
¡¿Qué?! ¡¿Lo hicisteis?!
No, no, jajaja. Solo nos besamos... Como veinte veces. Pero fue perfecto, supongo que igual que tu beso con Harry. Se ve que en esa noche estaba escrito que nos tenía que pasar algo especial a las dos... Después estuvimos abrazados y tonteando un buen rato, evidentemente a los dos se nos había quitado el sueño, si es que había algo. De repente vi que empezaba a hacerse de día, por lo que deduje que se trataba de las seis de la mañana, así que me fui hacia nuestra habitación y me quedé frita en cero coma.
Aish, ¿entonces cuando estábamos en la playa e ibais a besaros, no hubiera sido vuestro primer beso?
Radina abrió la boca para hablar pero alguien se le adelantó.
No, no lo fue. Ni quiero que fuera el último —Niall hablaba desde el umbral de la puerta. Entró seguido de los chicos, pero faltaba alguien.
¡Yo también! —exclamó Radi y se perdió entre los brazos de Niall, que la miraba con la felicidad de poder volver a abrazarla una vez más.
Liam... ¿Dónde está Harry? —pregunté con cierto deje de tristeza en la voz.
Hola, Cata, está aún con esas dos chicas, Martina y Tania.
Ah... Vale, ¿en qué sala están?
Sígueme.
Nos dirigimos hacia una sala que estaba a dos puertas de la que nos encontrábamos Radi y yo. Abrí la puerta y vi a Marti sentada sospechosamente pegada a Harry, éste jugaba con su pelo liso y perfecto y tonteaba con ella.
¿Harry? —me salió su nombre con un hilo de voz. El chico se giró bruscamente y me miró con cara de sorpresa.— ¿Por qué no has vuelto con los chicos?
¡Cata! Pues... No sé, me he quedado un rato con ellas...
Hola, Cata —saludaron Tania y Marti.
Hice una mueca rara y retrocedí lentamente. Harry seguía mirándome. ¿En serio había preferido quedarse con ellas antes que volver a reunirse conmigo? Al atravesar el umbral de la puerta me di media vuelta y salí corriendo del edificio. No soportaba lo que había pasado. Quizás exagero un poco, pero no puedes saber lo que sentí a no ser que lo vivas...

*narra Harry*

Mierda. Ahora sí que la había cagado. ¿Cómo he sido tan estúpido de haberme quedado en vez de ir a verla? Miré a Marti y Tania pidiéndoles perdón con la mirada y salí en busca de Cata. Temía por ella, no se conocía Madrid, podría perderse... Al igual que yo. No tenía ni idea de por dónde empezar a buscar.
Por suerte no me llevó mucho tiempo encontrarla. Al salir del edificio anduve a mano derecha y a dos calles había un pequeño parque, ahí estaba ella, sentada en la hierba delante de una gran fuente. Aún me parece increíble que la haya encontrado tan rápido. Me acerqué y me senté a su lado sin mediar palabra. Al notar que yo estaba allí giró la cara hacia el otro lado. Se sorbió los mocos, por lo que comprobé que había estado llorando. Estuvimos los dos mirando al frente durante unos minutos sin abrir la boca, hasta que decidí dar el primer paso para arreglar las cosas.
¿Vas a pasarte toda nuestra última noche así? —intenté no parecer borde.
Cata siguió callada.
Escucha, si todo esto es por mí... Te juro que lo siento. No sé qué se me pasaría por la cabeza para quedarme con ellas antes que irme contigo y aprovechar las últimas horas que nos quedan... Tampoco estoy diciendo que me fuera a quedar con ellas toda la noche, supongo que después de algunos minutos me hubiera ido y... Em... Así no estoy arreglando las cosas, ¿verdad?... Bueno, yo...
Claro que todo esto es por ti, Harry —empezó a hablar entre sollozos—. Me dijiste que yo era especial, me lo creí... Y luego te veo tonteando con dos chicas.
Pero entiéndelo, es el papel que tengo en la banda, tengo que ser cariñoso y tal con las directioners...
Pues no creo que pueda soportar esto estando contigo... No sé cómo lo hacen Danielle y Eleanor.
Ellas se han acostumbrado. Tú también podrías hacerlo. Cata, por favor, te pido que no te enfades por esto, entre ella y yo no ha habido nada, solo hablábamos, yo solo te quiero a ti... Si te pierdo, estoy perdido.
Harry... Te quiero, ¿vale? Pero no sé cómo pueden salir las cosas de ahora en adelante. Mañana por la mañana tú te vas, y... No sé qué será de mí a partir de entonces. No quiero seguir conformándome con ver tus fotos en Twitter y enterarme de lo que haces también por ahí. Yo quiero vivirlo contigo. Pero es mucho pedir...
Podemos hablar sobre eso más tarde, más tranquilamente. Ahora lo único que me interesa es saber si puedes perdonarme...
...Claro que te perdono, idiota. Te quiero.
Cata me miró a los ojos. A diferencia de todas las fans que me lo han dicho, este sonaba diferente, su mirada estaba llena de sinceridad al pronunciar estas palabras. “Te quiero”. Era increíble cuando salían de su boca. Esa boca que no pude evitar besar dos segundos después, y que simplemente sabía a gloria. No quería probar otros labios en mi vida que no fueran los de ella.
Al separar sus labios de los míos le susurré un “Te quiero mucho más”, acto seguido la cogí de la mano y empecé a caminar, con ella siguiéndome.
Cómo me gustaría caminar así siempre, con ella a mi lado, hacer nuestro camino juntos”—pensé.
No sé a dónde nos dirigíamos, pero seguimos andando.

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