Paul
nos llevó a una sala de mediano tamaño en la que había un sofá,
una mesa y algunos trastos que seguramente se utilizan para los
espectáculos. Supuse que era una de las salas en las que se hacen
los meet & greets. Radi y yo nos sentamos en el sofá y Paul nos
preguntó si queríamos algo de comer o beber. Radi negó con la
cabeza, pero como no habíamos cenado yo tenía hambre y le pregunté
si era posible que me trajera unas galletas o algo. Asintió y
desapareció por la puerta.
—Estoy
nerviosa —solté.
—¿Y
eso? —me preguntó Radina.
—No
sé... Harry y los chicos están en posiblemente la sala de al lado
con dos desconocidas, ¿y si les gustan más que yo...? Ya sabes que
es muy mujeriego... Aunque me dijo que a veces había excepciones,
que ahora soy la única... —sí, recuerdo sus palabras como si me
las hubiese dicho hace unos minutos—. Dios, no sé, tengo tantas
ganas de verle, es nuestra última noche...
—Tranquila,
es imposible que se enamore de alguien que no seas tú llegados a
este punto. Aguanta un poco más, estoy segura de que en nada
entrarán por esa puerta.
Es
verdad. En cualquier momento entrarán a la sala aportándole esa
alegría que despedían a kilómetros y podré lanzarme a los brazos
de Harry como si no hubiera mañana, nunca mejor dicho.
—Eso
espero. Oye, Radi, ¿te acuerdas el día que fuimos a la playa que me
tenías que contar qué hiciste con Niall? —puse una cara pícara.
—Ah,
sí... Pues eso, que cuando volvió al hotel por la madrugada,
escuché sus pasos y me asomé a la puerta hacia el pasillo, estaba a
punto de entrar en su cuarto. Le pregunté que si tenía sueño, a lo
que me contestó que sí, bueno, un poco, y le dije que si podía
quedarme un rato con él en su cuarto, porque me sentía sola sin
ti... Me respondió que está bien, pero solo un rato porque
volveríais pronto. Fuimos a su habitación y bueno, surgió...
—¡¿Qué?!
¡¿Lo hicisteis?!
—No,
no, jajaja. Solo nos besamos... Como veinte veces. Pero fue perfecto,
supongo que igual que tu beso con Harry. Se ve que en esa noche
estaba escrito que nos tenía que pasar algo especial a las dos...
Después estuvimos abrazados y tonteando un buen rato, evidentemente
a los dos se nos había quitado el sueño, si es que había algo. De
repente vi que empezaba a hacerse de día, por lo que deduje que se
trataba de las seis de la mañana, así que me fui hacia nuestra
habitación y me quedé frita en cero coma.
—Aish,
¿entonces cuando estábamos en la playa e ibais a besaros, no
hubiera sido vuestro primer beso?
Radina
abrió la boca para hablar pero alguien se le adelantó.
—No,
no lo fue. Ni quiero que fuera el último —Niall hablaba desde el
umbral de la puerta. Entró seguido de los chicos, pero faltaba
alguien.
—¡Yo
también! —exclamó Radi y se perdió entre los brazos de Niall,
que la miraba con la felicidad de poder volver a abrazarla una vez
más.
—Liam...
¿Dónde está Harry? —pregunté con cierto deje de tristeza en la
voz.
—Hola,
Cata, está aún con esas dos chicas, Martina y Tania.
—Ah...
Vale, ¿en qué sala están?
—Sígueme.
Nos
dirigimos hacia una sala que estaba a dos puertas de la que nos
encontrábamos Radi y yo. Abrí la puerta y vi a Marti sentada
sospechosamente pegada a Harry, éste jugaba con su pelo liso y
perfecto y tonteaba con ella.
—¿Harry?
—me salió su nombre con un hilo de voz. El chico se giró
bruscamente y me miró con cara de sorpresa.— ¿Por qué no has
vuelto con los chicos?
—¡Cata!
Pues... No sé, me he quedado un rato con ellas...
—Hola,
Cata —saludaron Tania y Marti.
Hice
una mueca rara y retrocedí lentamente. Harry seguía mirándome. ¿En
serio había preferido quedarse con ellas antes que volver a reunirse
conmigo? Al atravesar el umbral de la puerta me di media vuelta y
salí corriendo del edificio. No soportaba lo que había pasado.
Quizás exagero un poco, pero no puedes saber lo que sentí a no ser
que lo vivas...
*narra
Harry*
Mierda.
Ahora sí que la había cagado. ¿Cómo he sido tan estúpido de
haberme quedado en vez de ir a verla? Miré a Marti y Tania
pidiéndoles perdón con la mirada y salí en busca de Cata. Temía
por ella, no se conocía Madrid, podría perderse... Al igual que yo.
No tenía ni idea de por dónde empezar a buscar.
Por
suerte no me llevó mucho tiempo encontrarla. Al salir del edificio
anduve a mano derecha y a dos calles había un pequeño parque, ahí
estaba ella, sentada en la hierba delante de una gran fuente. Aún me
parece increíble que la haya encontrado tan rápido. Me acerqué y
me senté a su lado sin mediar palabra. Al notar que yo estaba allí
giró la cara hacia el otro lado. Se sorbió los mocos, por lo que
comprobé que había estado llorando. Estuvimos los dos mirando al
frente durante unos minutos sin abrir la boca, hasta que decidí dar
el primer paso para arreglar las cosas.
—¿Vas
a pasarte toda nuestra última noche así? —intenté no parecer
borde.
Cata
siguió callada.
—Escucha,
si todo esto es por mí... Te juro que lo siento. No sé qué se me
pasaría por la cabeza para quedarme con ellas antes que irme contigo
y aprovechar las últimas horas que nos quedan... Tampoco estoy
diciendo que me fuera a quedar con ellas toda la noche, supongo que
después de algunos minutos me hubiera ido y... Em... Así no estoy
arreglando las cosas, ¿verdad?... Bueno, yo...
—Claro
que todo esto es por ti, Harry —empezó a hablar entre sollozos—.
Me dijiste que yo era especial, me lo creí... Y luego te veo
tonteando con dos chicas.
—Pero
entiéndelo, es el papel que tengo en la banda, tengo que ser
cariñoso y tal con las directioners...
—Pues
no creo que pueda soportar esto estando contigo... No sé cómo lo
hacen Danielle y Eleanor.
—Ellas
se han acostumbrado. Tú también podrías hacerlo. Cata, por favor,
te pido que no te enfades por esto, entre ella y yo no ha habido
nada, solo hablábamos, yo solo te quiero a ti... Si te pierdo, estoy
perdido.
—Harry...
Te quiero, ¿vale? Pero no sé cómo pueden salir las cosas de ahora
en adelante. Mañana por la mañana tú te vas, y... No sé qué será
de mí a partir de entonces. No quiero seguir conformándome con ver
tus fotos en Twitter y enterarme de lo que haces también por ahí.
Yo quiero vivirlo contigo. Pero es mucho pedir...
—Podemos
hablar sobre eso más tarde, más tranquilamente. Ahora lo único que
me interesa es saber si puedes perdonarme...
—...Claro
que te perdono, idiota. Te quiero.
Cata
me miró a los ojos. A diferencia de todas las fans que me lo han
dicho, este sonaba diferente, su mirada estaba llena de sinceridad al
pronunciar estas palabras. “Te quiero”. Era increíble cuando
salían de su boca. Esa boca que no pude evitar besar dos segundos
después, y que simplemente sabía a gloria. No quería probar otros
labios en mi vida que no fueran los de ella.
Al
separar sus labios de los míos le susurré un “Te quiero mucho
más”, acto seguido la cogí de la mano y empecé a caminar, con
ella siguiéndome.
“Cómo
me gustaría caminar así siempre, con ella a mi lado, hacer nuestro
camino juntos”—pensé.
No
sé a dónde nos dirigíamos, pero seguimos andando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario