miércoles, 9 de mayo de 2012

Capítulo 9



Afortunadamente, llegamos al hotel sin que nadie nos parara ni nos preguntara nada. En la entrada estaba Paul esperando, me recordaba mucho a un padre esperando a su hijo al llegar tarde.

—¿Se puede saber dónde has estado toda la noche? —Paul hablaba enfurecido mirando a Harry, como si yo en ese momento no existiera.— No puedes andar solo por un lugar en el que nunca has estado, y mucho menos con una chica a la que conoces de un día y podría pasarle cualquier cosa —al parecer por fin se dio cuenta de que estaba allí—. Harry, siempre estás liándola. Tienes que ir con cuidado o nos traerás problemas

—Eh... Lo siento, hemos salido porque yo me desperté y... —intenté arreglar las cosas, pero Harry me interrumpió.
—Déjalo, Cata. Tranquilo, Paul. Ni que tuviera 8 años. Sé cuidarme solito, ¿sabes? Me caes bien, y lo sabes muy bien, que eres como mi padre, pero a veces te pasas metiéndote en el papel como tal, en serio. Perdón por llegar tarde, pero me gustaría que a veces nos dejaras a mí y a los chicos un poco más de libertad... ¡Tú y los del management sois muy estrictos!
—Quizás tengas razón, pero entiende que sois muy importantes y nos preocupamos mucho...
—Pues dejad de preocuparos tanto, grandullón. Sabemos lo que hacemos —interrumpió Louis, que apareció por detrás de Paul de repente. Éste puso una cara de diciendo “nunca cambiarán”, se dio media vuelta y me dejó con Lou y Harry—. Chicos, ¿os hace que vayamos a desayunar a algún restaurante de la costa? He oído que están muy bien aquí.
—Muy buena idea. ¿Avisamos a los demás? —contestó Hazza.
—Yo ya los he avisado, bajarán en un rato. Si queréis podéis subir vosotros a arreglaros.
—¡Uf, claro! —me metí en la conversación—. Además tengo muchísimas ganas de verlos, aunque haya pasado solo una noche desde que no los veo. Necesito volverlos a ver para comprobar que son reales.
Los dos rieron, Harry me guiñó un ojo y subí hacia arriba a ponerme algo que no fuera el pijama. Bueno, tampoco tenía mucha ropa ya que no tenía planeado quedarme muchos días, tenía un par de mudas o como mucho tres. Me puse lo mismo que el día anterior y entré a la habitación de Radina, ella aún dormía, cómo no.
—¡RADINA! Despierta, rápido, nos vamos a comer por ahí con los chicos.
—¿Eh? ¿Qué chicos? Hostia, ¿dónde estamos? ¿Y esta habitación? —Radi cuando está media dormida no se entera de nada. Creedme, de NADA.
—Vamos, no seas tonta, ¡levántate y vístete!
Pareció que de repente a Radina le entró un rayo o algo y se levantó rápidamente. Se vistió en treinta segundos y bajamos a reunirnos con One Direction.
Nos girigimos hacia el Paseo Marítimo, allí había todo tipo de tiendas de estilo de las que venden flotadores, trajes de baño, toallas que pone “I love BCN”... Y entre tienda y tienda también había algún bar o restraurante. Decidimos entrar a comer a un bar alemán, de esos en los que sirven bacon con huevos fritos, jamón...
—¡Vaya! Este menú me recuerda a cuando estuvimos en América, allí las comidas eran muy abundantes —dijo Niall.
—¿Y a ti te encantaba eso, eh, Nialler? —se burló de buen humor Liam.
—Pues ¿sabes? Sí que me encantaba, sí. No nos enredemos más, entremos.
La comida transcurrió perfecta, reímos muchísimo y los chicos nos contaron algunas cosas curiosas de sus giras.
—Una vez —contaba Louis— estábamos en una firma, una fan le dio la mano a Zayn y se desmayó nada más rozarle. Es increíble el efecto que tenemos sobre las chicas... Siguiendo esa regla de tres, nos extraña que vosotras aún estéis vivas.
—Bueno, al principio casi morimos... —contestó Radi.
—Pues no os muráis por nada del mundo eh, que or aquí caéis genial y os tenemos ya mucho cariño —intervino Harry. Radi y yo nos sonrojamos como nunca.
Cuando terminamos de comer, Radina propuso ir a la playa y a todos nos pareció buena idea, ya que hacía muchísima calor esos días.
—Maldita sea... Ninguno tenemos nuestros bañadores aquí —dije un poco triste.
—No te preocupes, podemos ir a comprar ahora mismo —me tranquilizó Zayn.
—Es verdad. Cata, llevamos el dinero, ¿no? —preguntó Radi.
—Sí, aquí está todo —me señalé el bolso—. ¡Vamos rápido a probarnos algún bañador! ¿Dónde nos vemos, chicos?
—¿Aquí mismo dentro de media hora?
—Perfecto. Nos vemos luego.
Radina y yo nos dirigimos hacia una tienda que nos pareció que era la que tenía más buena pinta, y un poco antes de entrar me detuve en seco.
—¿Qué te pasa?
—Presiento algo —dije—, algo no muy bueno. Bah, deben de ser tonterías. Entremos.
Nos probamos varios modelos, hasta que al final las dos encontramos los bikinis que mejor nos quedaban. Aún faltaban unos diez minutos para que hubiese pasado la media hora, así que nos sentamos a charlar.
—Bueno, y tú qué, ¿anoche con Harry?
—¿Te lo resumo todo en dos palabras? Nos besamos.
—QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ. Cuéntame todo con pelos y señales, Catalina, por dios.
—Ahora no me da tiempo. Sólo te diré que fue en la playa, bajo las estrellas, me dijo lo más bonito que me habían dicho jamás y fue perfecto.
—Dios, qué suerte tienes. Pues cuando Nialler volvió al hotel, yo estaba justamente despierta y le escuché entrando, entonces...
—Chsst, ahí vienen.
—Está bien, luego te lo cuento.
Los chicos estaban ya con el bañador puesto, aunque con las camisetas también, ¡qué pena! Pero no importaba, en cero estaríamos en la playa y les veríamos en todo su esplendor.
La arena de aquella playa era muy fina y suave, igual o mejor que la de las playas de Mallorca. Pero nada más pisarla, ese sentimiento de un mal presentimiento me volvió a invadir. Y cuando levanté la vista, efectivamente, ahí estaba lo que posiblemente me iba a arruinar el día y la estancia con mis amores.

2 comentarios:

  1. ME ENCANTA , SE HA KEDADO INTERESANTISISIMO SIGUIENTEEEE¡¡¡ :)

    ResponderEliminar
  2. Aaaaah cuando lei la ultima frase me quede como... no puede seer! no puede terminarse aqui el capituloo! Necesitoo leer el siguienteee, Yaa! Mee encantaaa(:

    ResponderEliminar