domingo, 3 de junio de 2012

Capítulo 11


Los ojos azules de Niall brillaban bajo el sol de la playa, mientras se perdían en los marrones de Radina. Los dos no quisieron esperar más, empezaron a acercar sus caras poco a poco, cuando de pronto... Una avalancha de paparazzis les interrumpió.
“¿PUEDE QUE SE TRATE DE TU NUEVA NOVIA NIALL?”, “¿DÓNDE ESTÁ EL RESTO DE LOS CHICOS?”, “¿QUÉ HACÉIS EN LA PLAYA TAN LIBREMENTE?”, “¿CÓMO SE LLAMA ESTA CHICA?”, “ZAYN, ¿QUÉ TAL VA TU BRONCEADO?” Inundaron a los chicos de preguntas. Lo que más preocupaba a Radi es que le sacaron una foto a ella y a Niall muy, muy cerca, y desde esa perspectiva seguramente parecía que se estaban besando... Oh, dios. No. Eso no puede ser bueno.
A Niall se le vio el enfado en la cara, se levantó de una y se fue corriendo, hacia el hotel, supongo. Zayn también se levantó, me lanzó una mirada triste y se marchó detrás de Niall. Siempre era tan protector con él...
Parte de los paparazzis corrieron detrás de Ziall, pero consiguieron despistarles en un par de esquinas. Y ahí estaba Radina, sola delante de 20 personas con cámaras enormes. También la bombardearon a ella a preguntas, y no se le ocurrió otra cosa que mentir y decir que los demás chicos están en otra playa distina a esa, para conseguir que se marcharan.

Cuado se habían ido, Radina entró corriendo al agua para decirnos a Liam, Louis, Harry y a mí que nos habían encontrado. De reírse a carcajadas, todos pasaron a una cara seria.
—¿Dónde están Niall y Zayn? —preguntó Liam.
—Esto... Se fueron los dos hacia el hotel —respondió Radina—, corriendo. Yo... ¡Vuelvo al hotel también! Quiero saber si están bien.
—Está bien, nosotros iremos en un rato —dijo Louis.

Narra Radina

Salí corriendo de la playa. No sé por qué, algo me impulsó a hacerlo. Quizás no podía soportar ver a Niall mal, quizás no soportaba que los paparazzis siempre les jodieran los días.
Llegué al hotel y subí a su habitación, sabía cuál era ya que ya había estado allí. Toqué a la puerta, Zayn me abrió.
—Hola Radi... Escucha, Niall no está bien ahora.
—Lo sé, yo sólo...
—Déjala pasar, Zayn —dijo Niall con un hilo de voz—. Me vendrá bien su compañía.
—Está bien... Os dejo, entonces.
Entré y Zayn salió, cerrando la puerta tras de él. Niall estaba tumbado en la cama boca abajo, abrazado a la almohada. Me recordaba a una típica adolescente llorando después de un mal de amores, me reí en mi interior, pero entonces recordé que no tengo razón para reírme. Niall estaba mal. Lloraba.
Me senté en la cama a su lado, y le observé en silencio durante unos segundos.
—Niall...
Empecé a hablar, pero el rubio me interrumpió.
—Radina. Lo siento mucho por todo esto, en serio, siento hacerte sentir mal. Me importas mucho y odio hacerte sentir mal...
—Pero a mí me gusta cuidar de ti, Horan. ¿Me explicas qué pasa? Aunque me lo imagino...
—Es por los putos paparazzis. Siempre están ahí, vayamos a donde vayamos. No nos dejan en paz. Al principio era divertido, pero ahora se ha vuelto parte de nuestra rutina... A veces intervienen en el momento menos oportuno, como hoy... He estado a punto de besar a la chica más perfecta que he conocido, y allí han aparecido ellos...
Me sonrojé como nunca lo había hecho antes, ¿en serio me había llamado la chica más perfecta que ha conocido? Eso era demasiado para mi corazoncito...
—Pero ese momento no está del todo perdido... —dije.
—¿Qué quieres decir...?
Le dije que se sentara en la cama (antes estaba tumbado) y que se tapara los ojos. Le tomé una mano, y la otra la puse en su corazón. Iba rápido, pero no más que el mío, estaba nerviosa. ¿Y si rechazaba mi beso? No, lo dudaba... Le volví a mirar en silencio por unos segundos, di un gran suspiro y pegué mis labios a los suyos. Como esperaba, no se apartó; me siguió el juego. Y sí, tengo que reconocer que era mi primer beso... Y había sido con Niall Horan. Algo increíble que si se lo contara a según qué gente no se lo creerían... Pero yo estaba ahí, viviéndolo, y era lo único que importaba.
Estuvimos besándonos unos 20 segundos, y al terminar nos miramos unos instantes y nos tumbamos en la cama, boca arriba, yo abrazada a él. “Te quiero”, susurró, y lo siguiente que recuerdo es que me dormí al lado de la persona que más quiero en el mundo.

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